-Tengo hambre.-
Dice Ali.
-Salgamos a
cazar.
Salimos, no
separamos.
Me sorprende lo
verde que está todo. Todo lleno de flores, pájaros cantando. Es como el
paraíso.
Voy persiguiendo
un conejo que se mete en su madriguera.
De repente, se
oye un cañonazo y me doy cuenta de la realidad.
No estoy en el paraíso, estoy
en Los juegos.
Salgo corriendo
y me encuentro con lo peor.
Ali está tendida
en el suelo, con una lanza en el corazón. Muerta.
Lleva una margarita en el
pelo. Está preciosa.
Una lágrima me rueda por la mejilla.
-Ali- susurro.
Pero no me da
tiempo a decir nada más, una lanza se me clava en el estómago. Me flojean las
piernas. Caigo al suelo.
Veo un cuerpo
alejarse corriendo. Una única imagen se adueña de mi cabeza. Katniss, y todos nuestros momentos en el bosque.
Se me nubla la
vista. No puedo respirar bien. Los párpados me pesan. Ha llegado mi hora.
-Katniss, te
quiero- consigo susurrar antes de que mis ojos se cierren y me sumerja en un
profundo sueño.
·
*
* * *
* * *
* *
Abro los ojos. Jadeando. Sigue siendo de
noche. Ali duerme a mi lado.
Todo ha sido un sueño, o una pesadilla,
mejor dicho.
No tiene ninguna margarita en el pelo. No
está muerta. Y yo tampoco.
Sonrío. Intentaré dormir. Quedamos 5 en la
arena, y me da la sensación de que va a ser un día muy largo.
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